Y esta fe triunfante es una experiencia viva de realización espiritual real. Vuestra gran contribución a los valores de la experiencia humana no es que reveléis tantas ideas nuevas sobre la Paternidad de Dios en el cielo, sino que demostréis tan magnífica y humanamente un tipo nuevo y más elevado de fe viva en Dios.
Dios se convertirá en una realidad viva en vuestra experiencia humana. En vuestra vida descubriréis un nuevo y más elevado tipo de religión, una religión basada en la intimidad espiritual personal y en las relaciones divinas con la Paternidad Universal, y estas revelaciones personales se volverán totalmente validadas por la autoridad suprema de la experiencia personal genuina.
Esta fe viva de Salvington es más que una reflexión intelectual, y no es una meditación mística.
La teología puede fijar, formular, definir y dogmatizar la fe, pero en vuestra vida humana, la fe debe ser personal, viva, original, espontánea y puramente espiritual.
Esta fe no es una reverencia a la tradición ni una mera creencia intelectual que vosotros sostenéis como un credo sagrado, sino una intimidad sublime y una experiencia directa y una convicción profunda que os sostiene con seguridad.
Vuestra fe en desarrollo será real y abarcadora. Barrerá absolutamente cualquier duda espiritual y destruirá eficazmente todo deseo conflictivo.
Nada podrá arrancaros del anclaje espiritual de esta fe ferviente, sublime e imperturbable.
Incluso ante la aparente derrota o en la agonía de la decepción y la amenazante desesperación, vosotros aprenderéis a estar tranquilamente en la presencia divina libres de miedo y con plena consciencia de invencibilidad espiritual.
En Salvington, vosotros disfrutaréis de la vigorizante seguridad de la posesión de una fe inquebrantable, y en cada una de las situaciones de prueba de la vida seréis capaces de exhibir indefectiblemente una lealtad incuestionable a la voluntad del Padre.